lunes, 13 de agosto de 2018

Titanomaquia
En la mitología griega, la Titanomaquia fue la serie de batallas libradas durante diez años entre las dos razas de deidades muy anteriores a la existencia de la humanidad: los Titanes, luchando desde el monte Otris, y los olímpicos, que llegarían a reinar en el monte Olimpo. Se la conoce también como la  Batalla de los Titanes o la Guerra Titánica. Es confundida por algunos autores (como Ovidio) Con la Gigantomaquia a pesar de de las múltiples diferencias entre ambas.

Los griegos dela edad clásica conocían varios poemas sobre la Titanomaquia. El principal de ellos, y el único que se ha conservado, era la Teogonía atribuida a Hesíodo. Un poema épico perdido titulado Titanomaquia y atribuido al aedo ciego tracio Tamiris, a su vez un personaje legendario, era mencionado de pasada en el ensayo sobre la música una vez atribuido a Plutarco. Los Titanes también  jugaban un papel prominente en los poemas atribuidos a Orfeo. Aunque sólo se conservan fragmentos de los relatos órificos, revelan interesantes diferencias con la tradición Hesíodica.

El marco para esta importante batalla fue creado después de que el Titán más joven, Crono, derrocase a su propio padre, Urano (Dios del cielo  y gobernante del universo), con la ayuda de su madre, Gea (la tierra). Crono castró a su padre, se apoderó de su trono y liberó a sus hermanos titanes, que habían sido encerrados en el Tártaro bajo el reinado tiránico y egoísta de Urano.

Sin embargo, al ser usurpado su puesto, Urano profetizó que los  propios hijos de Crono se rebelarían contra su gobierno igual que habían hecho él y sus hermanos. Por miedo de que sus futuros hijos se rebelasen contra él, Crono se convirtió en el terrible rey que su padre Urano había sido, y se tragaba enteros a sus hijos a medida que nacían de su esposa y hermana Rea. Sin embargo, según una leyenda arcadia recogida por el geógrafo griego Pausanias en su descripción de Grecia, Rea logró esconder a sus hijos, quinto y sexto, Poseidón y Zeus, diciéndole a Crono que había dado luz un caballo, y le dio un potro para que se lo comiera en lugar de poseidón, y en lugar de Zeus le entregó una piedra envuelta en pañales.

Rea llevó a Zeus a una cueva en la isla Creta, donde éste fue criado por los Curetes y las ninfas Adrastea e Ida. Cuando Zeus se hizo mayor, Metis dio a crono una poción especial, que provoco que éste vomitara a los hijos que se había tragado. Zeus los llevó entonces a la rebelión contra los Titanes

 Entonces los Olímpicos, guiados por Zeus, Declararon la guerra a la anterior generación de deidades, Los titanes. Estos incluían a Hestia, Hera, Deméter, Hades y Poseidón; e incluso a la Titánde Hecate.
Probablemente Estigia y sus hijos también lucharon en el bando de los Olímpicos. Además, los Hecatónquiros y los Cíclopes, que habían sido encarcelados por Crono, ayudaron a los Olímpicos. Se decía que los Hecatónquiros ayudaron a los Olímpicos arrojando enormes piedras a los Titanes, de cien en cien. Los Cíclopes ayudaron fabricando las famosas armas de Zeus, los rayos, el tridente de Poseidón y el casco de invisibilidad de Hades. Los Titanes encabezados por Crono, Incluían a Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto, Altas, Menecio.

Habiendo logrado por fin la victoria tras toda una década de guerra, los olímpicos dividieron el botín entre ellos, otorgando el dominio del cielo a Zeus, el mar a poseidón, y el inframundo a Hades.
Procedieron entonces a encerrar a los derrotados Titanes en el Tártaro, las más hondas profundidades del inframundo. Sin embargo, dado que durante la guerra Océano y las Titándes Tea, Rea, Temis, Mnemósine, Febe y Tetis, habían permanecido neutrales, no fueron castigadas por Zeus. Algunos otros titanes que no fueron encerrados en el Tártaro fueron Atlas, Crono, Epimeteo, Menecio y Prometeo.


Zeus dio a Atlas un castigo diferente: Urano, el cielo, casi se había derrumbado sobre la tierra tras la guerra debido a la enorme lucha que había ocurrido debajo de él, por lo que Zeus dispuso que Atlas sujetase los cielos por toda la eternidad. Epimeteo, Menecio y Prometeo cambiaron de bando y ayudaron a Zeus en la guerra, por lo que no fueron castigados. Sobre el destino de Crono existen al menos dos variantes míticas: La tradición más antigua, reflejada en ciertas fórmulas homéricas y hesiódicas, se supone que Crono habita en el Tártaro rodeado por el resto de los titanes. Una tradición posterior señala que Crono fue liberado por voluntad de Zeus, y quedó reinando en las islas de los bienaventurados.

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